Em… bueno
les empezaré desde el principio, no soy buena en esto de escribir, pero como
dicen “podes ser una excelente persona
pero una mierda de escritor o podes ser una mierda de persona y un excelente
escrito” –digamos que no soy ninguna de ellas Jajá-. Na enserio, no entro
en ninguna de ellas. No sé ni porque di ese ejemplo –debe ser porque me gusta,
na pero no se-.
Volvamos donde estábamos. Todo empezó cuando
tenía diese seis años dos meses y seis días –Claro si no me equivoco-.
-Flashback-
Me desperté
esa mañana, con un terrible dolor en la parte de los riñones y, como era sábado, que mejor que quedarse en
la cama, pero no, yo quería salir, es más quede con quede con Tomas –mi hermano
gemelo- que iríamos, al cine juntos, ya que se estrenaba la película “bajo la misma estrella”. Amo ese libro
es como agh, no sé, tengo palabras, es mi libro favorito, lo eh leído miles y
miles de veces. Tomas me quiso acompañar para ver la peli. –Iba a ir con Harry
pero se tuvo que ir hace dos meses a vivir a Londres ya que sus padres
consiguieron trabajo allá, pero no perdemos el contacto-.
Me levante con ese dolor *ya pasara-pensé*.
Me metí en el baño, hice mis necesidades
–claro como cualquier humano-, me bañe, lave mis dientes. Salí del baño y me
cambie, me puse una remera que tenía escrito “día perfecto noche perfecta”
-interrupción flashback-
Ahora que lo
pienso la una frase absolutamente ridícula y no coherente, porque podes tener
el mejor día, “día perfecto” todo color de rosas, pero, llega la noche y te mea un dinosaurio y la noche no
es la “noche perfecta”. Pero bueno ahora que me acuerdo tenia lindo color y el
diseño no era nada malo.
-fin interrupción flashback-
Me puse mis
converse blancas, peine mi pelo y no me maquille eso no iba conmigo.
Cuando estaba a punto por salir de mi
habitación, me caí al piso del dolor en los riñones –o de ese lugar parecía que
venía el dolor-. Estuve unos veinte minutos en el piso –no quería llamar a mis
padres ni mi hermano ya que se preocuparían y no quería además ¡tenía que ir al cine!-.
Me levante cuando el dolor calmo. Baje y
hay estaba mi hermosa familia desayunando.
Mamá: Hija. ¿Cómo estás? –me pregunto con
su sonrisa de todas las mañanas.
Yo: Bien –lo se mentí, pero como digo “mentira
no descubierta, mentira muerta”- y ¿ustedes cómo están?
Tomas: De diez, siéntate –hizo una palmada
a la silla que estaba al lado de él, y me senté.
Papá: Hijos, hoy ¿vais al cine?
Yo: Siii
-festeje con las manos.
Tomas: Si, llevare a esta niña que tengo
sentada al lado mío –le golpee el hombro despacio.
Yo: Eh –me queje.
Tomas: Tú me pegaste, yo me tengo que
quejar –se hiso el ofendido.
Reímos pero nuestros padres se reían a
carcajadas.
Yo: Tomas, la leche tiene algo malo o son
nuestras caras parecen a la de un payaso, ya que mira que tanto se ríen estas
dos personitas de acá –los señale con la cabeza.
Tomas: Al parecer –miro la leche- Tírala,
mira si nos quieren envenenar y por eso se ríen.
Reían aún
más –si así son nuestras mañanas-
-interrupción flashback-
O lo eran.
-fin interrupción flashback-
Tomas: Te dije.
Tomas iba a
agarrar una tostada pero se la arrebate.
Tomas: Euuh –se quejó.
Yo: Que ellos la coman primero mira si tienen
veneno para Tomases.-si lo se de donde saque esa palabra-
Y todos
empezamos a reír a carcajadas. El dolor empezó otra vez. *mierda-pensé*, no me
podía mover.
Mamá: ¿Qué te pasa Cielo?, ¿estás bien? -
*me descubrió-pensé* se puso seria.
Yo: Nada, si, solo es por reír tanto.
–bueno hoy me ataco el bichito de la mentira pero bue.
Luego
terminamos de desayunar, entre risas y juegos.
Yo: Tomas, mueve tu pelvis y vamos al cine.
Tomas: bueno, bueno ¡tranquila!
Después
subimos a la moto de Tomas y, salimos hacia el cine.
Cuando llegamos, baje de la moto, lo agarre
del brazo y salimos –va yo corría y Tomas era arrastrado-.
Tomas: Faltan veinte minutos, todavía.
Yo: Pero la fila es larga –puso sus ojos en
blanco- euh no me ponga los ojos en blanco jovencito, ahora tú sacas los
boletos y yo iré por las palomitas
La cola de las palomitas era más corta.
Se quejó como un niño, pero no le quedo otra
(…)
Salimos del
cine, y eran las 13:15
Yo: Fue hermosa, hasta llore.
Tomas: Enserio, no creí que fuera tan buena,
voy a admitir que se me cayeron algunas lágrimas.
Yo: O no, a Tomas el chico rudo que no
llora, se le cayeron lagrimas con una película. –me burle.
Tomas: Tengo hambre –cambio de tema y lo
dijo como un nene de cinco años.
Yo: Cambia de tema cuando quieras –sonrió
victorioso- Pero yo también tengo hambre –pensé un ratito- vamos a Mc’ Donald.
Tomas: ¡Yeah!
Nos dirigimos a Mc’ Donald y, comimos.
Me estaba
matando el dolor en la parte de los riñones.
Yo: Em… Tomas –voltio a verme- iré al
shopping con una amiga. ¿Vas solo a casa?
Tomas: Claro –no muy convencido- Pero me
llamas cada un rato.
Yo: Claro gracias –me saludo.
Se fue en su
moto, me quede ahí hasta que lo vi alejarse y tome un taxi –ya que no traje mi
moto- y le dije que me llevara a la clínica.